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¿Por qué "Call Me by Your Name" no es la típica película LGTBQ+?

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    Admin
  • 19 feb 2018
  • 8 Min. de lectura

Uno de los fenómenos, sin duda, de este comienzo de año en los cines españoles está siendo, sin sorpresa alguna, Call Me by Your Name. El film de Luca Guadagnino basado en la obra homónima de André Aciman está arrasando, no solo en taquilla y ante la crítica, sino también en nominaciones (entre ellas la de Mejor Película en los Oscar). Y es que desde que la película se estrenara allá por el 22 de enero de 2017 en el Festival de Sundance han sido muchos los que han sucumbido al delicado pero a la vez intenso drama romántico del director italiano.

Ha sido, indudablemente, una de las películas más esperadas de los últimos meses. Tuvimos que esperar en nuestro país, para poder disfrutarla en la gran pantalla, hasta el 26 de enero, pero el deseo y el hype creado, especialmente por redes sociales, se tradujeron en salas llenas, no solo el día del primer pase, sino durante días.


Timothée Chalamet interpreta a Elio un chico judío de diecisiete años que vive en la campiña italiano acompañado de sus padres y el servicio a cargo de su villa. Su padre, profesor de arqueología, recibe todos los años estudiantes de posgrado. Ese verano, el de 1983, es Oliver (Armie Hammer) el afortunado. Oliver, también judío y de veinticinco años, pasará seis semanas junto a la familia Perlman colaborando en las tareas de documentación. Elio, introspectivo, algo geek y apasionado de la música y la literatura, difiere mucho de la personalidad despreocupada, altiva y exuberante de Oliver. Aunque en un primer momento la relación entre ambos es tensa, los dos jóvenes comienzan a pasar tiempo juntos. Tanto es así que se enfrascan en una espiral, primero morbosexual y posteriormente amorosa, que les llevará a explorar lo más inhóspito de su ser con una intensidad arrebatadora.


Soy consciente de que es un resumen bastante parco pero quiero evitar los spoilers en la medida de lo posible. Es una película que cada uno debe descubrir a su manera. Lo que es claro es que nadie queda indiferente ante aquellos que deciden "llamarse por el nombre del otro". Call Me by Your Name no es la primera película de temática LGTBQ+ nominada a los Oscar (recordemos a Brokeback Mountain o la reciente ganadora Moonlight). Pero la película de Guadagnino tiene "un algo", más bien "unos algo" que la hacen diferente a todas estas películas. ¿Quieres saber el qué?


1- Los personajes no son mostrados como víctimas.


Ni bullyng, ni enfermedades de trasmisión sexual, ni riesgo de exclusión social, ni marginación social, ni discreción...Elio y Oliver viven su relación con total naturalidad escapando de los clásicos tópicos que abundan en las películas de esta temática. Es el típico drama romántico al que ya estamos acostumbrados hasta la saciedad pero con la única novedad de que la pareja protagonista es homosexual. Normalización lo llaman algunos. Y lo cierto es que en buena parte lo es. Es un paso hacia delante, que ya habíamos visto en la pequeña pantalla pero que faltaba aún en el cine. Gracias Guadagnino.

2- No existen ni roles ni tópicos.


Todavía, aunque para mi regocijo cada vez menos, es frecuente escuchar clasificaciones dentro de una "escala de homosexualidad" socialmente creada. Desde la pluma hasta los discretos y masculinos, siempre se ha intentado dejar claro que un personaje era homosexual nada más comenzar la película dejando, con ello, muy poco a la imaginación. Durante buena parte de Call Me by Your Name, cuesta intuir (si no hemos visto el tráiler o hemos leído algo de la película) que el personaje de Armie Hammer fuera gay y mucho menos que fuera este el que desde el primer momento estaba enamorado de Elio. Además se rompe con el tópico de los roles. El enclenque físico y la culta personalidad de Elio frente al rudo y apuesto Oliver nos haría pensar en una más que clara posición dominante de este último en la relación (el mítico debate del activo/pasivo). No obstante, es Elio el que muchas veces lleva la iniciativa y el que marca los tiempos de la relación (aunque en la única escena de sexo explícito parece ser Oliver el que actúa como activo, aunque podríamos intuir versatilidad, solo que Elio sale peor parado pues para él era su primera vez). Como ya hemos dicho, la naturalidad es la nota distintiva de esta película y, hasta en estos detalles, es una novedad.


3- La diferencia de edad no es un problema.


Si estamos cansados de ver films donde la diferencia de edad entre parejas heteronormativas está más que admitida (aunque hay que reconocer que en su momento fue algo que costó asumir), porqué no hacerlo igual con las parejas LGTBQ+. En nuestro caso es todavía más interesante. Elio es menor de edad, y a pesar de que únicamente les separan ocho años, las diferencias entre ambos son patentes. Pero esto desaparece en el relato de la película. La edad es un detalle que ni se menciona ni parece preocupar a los protagonistas ni al resto de personajes (en especial a los padres de Elio, los cuales podrían mostrarse preocupados ante la situación de su hijo y, sin embargo, le dejan disfrutar y descubrirse con total permisividad). Así el amor es triunfante, sin obstáculos ni estancas y jurásicas valoraciones.


4- Normalización de la exploración sexual adolescente.


Lo que en Moonlight fue una ventana abierta, ahora son puertas tirados abajo. Call Me by Your Name, es la primera película que aborda sin tabús la exploración sexual en la adolescencia. Algo que ya se había llevado a cabo en la pequeña pantalla (por ejemplo en la serie The Fosters), se trataba con cierta reticencia en el cine. El año pasado con Moonlight y su famosa escena de la playa se abría un camino a explorar que el director italiano ha llevado hasta su máxima expresión. En la película vemos comportamientos de Elio que van más allá de la mera relación con otro hombre. Si bien comienza tímidamente ayudado de su imaginación luego se enfrasca en una amplia gama de prácticas sexuales. Desde el fetichismo (recordamos la escena donde huele y pone en su cabeza los calzoncillos usados de Oliver para posteriormente masturbarse) hasta ejemplos de lo más bizarros (siendo el más heavy la escena donde Elio decide masturbarse con un melocotón). Aunque llevado a expresiones, a veces demasiado extremas, el film no hace más que mostrar, muy acertada y divertida, la dura e interesante etapa por la que muchos jóvenes han pasado.


5- El sexo no es un tabú.


Ya está casi todo dicho y con ánimo de no ser redundante en este tema, resumo. Si hablamos de sexo homosexual en el cine, indudablemente nos viene a la mente la escena de la tienda de campaña en Brokeback Mountain. Sin duda, una de las escenas más bellas, eróticas y, porque no decirlo, morbosas, ya no solo del cine LGTBQ+ sino de toda la historia del cine. En Call Me by Your Name, tenemos un amplío repertorio. Desde arrebatos apoyados en el marco de una puerta, hasta noches enteras de goce y disfrute amoroso de los protagonistas. Elio y Oliver, jóvenes y a veces alocados, sacan el máximo partido a las seis semanas que dura su romance. Es lo que haríamos cualquiera. Esos amores de verano que se exprimen hasta el máximo.


6- Un discurso en pro de la libertad.


La propia película ya es un canto a la libertad y al libre albedrío pero tenemos que destacar dos hechos significativos. Recordemos que la película se ubica en una pequeña localidad italiana en el año 1983. Para la fecha y el contexto nos llama la atención lo normalizada que aparece una relación homosexual. Si bien, los protagonistas no exhiben su amor en público (al menos no muy populosamente), ellos no ocultan su relación. Desde los padres de Elio que ven con total naturalidad la relación de su hijo (recordar que los mejores amigos de la familia son una pareja gay), hasta el servicio del hogar y los amigos de Elio, no ofrecen oposición o discrepancia alguna ante la intensa relación de los dos jóvenes. Pero si hay un momento en el que esto se lleva a cuotas insospechables es casi al final de la película. Elio decaído por la marcha de Oliver aparece sentado en el amplio salón de su caserón. Frente a él su padre, que en un magistral monólogo consuela a su hijo, no solo ante la pérdida de su "amor" sino también ante toda la maraña de sentimientos que ha sentido y sufrido ese verano. Esos casi dos minutos de discurso deberían visionados en todos los centros educativos del mundo. Maravilloso.


7- La religión no es una barrera.


Dos chicos judíos, Italia, 1983...Impensable una relación tal como la vemos en la película. Pero por una vez es la ficción la que supera a la realidad. La fe es importante para los dos chicos, quizás más para Elio, pero no es un impedimento para ellos. Es una barrera que apenas les cuesta cruzar. En el film parecen insistir, a veces de manera desmedida, en dejar claro que ambos son judíos, pero quizás esto es fruto de querer romper con otro estigma más. Oliver, más laxo, parece ser el punto de apoyo moral de Elio, el cual toma de apoyo a su amante para escapar de las reticencias que le impone su credo. Cuando es capaz de escapar de esa carga todo fluye de forma más natural y no supone un desgaste de su ideología. Si todo puede convivir en armonía ¿por qué elegir?


8- Estereotipos sí, pero no vacíos.


Evidentemente y aunque esté mal que lo diga, muchos no veríamos la película si los protagonistas no fueran Hammer y Chalamet. Poner a dos jóvenes apuestos y atractivos delante de una cámara es, casi siempre, señal de éxito y más si presentas una variedad apta para todos los gustos. Tenemos Oliver, rubio, alto, fuerte, ojos claros...el típico adonis. Pero también contamos con Elio, más afín a sapiosexuales, guapo, pero enclenque, que destaca por ser un chico culto e inteligente que domina las artes. Pero aunque su belleza es necesaria para enganchar al espectador en un primer momento, no nos encontramos ante los típicos personajes idealizados y estereotipos vacíos. Los protagonistas tienen un amplio trasfondo, una cara B y oculta que no se expresa en su plenitud hasta el final de la película y que te tiene en tensión hasta conocer el último recoveco de los jóvenes. Un puzle difícil de construir que va más allá de una cara bonita.


9- No todo acaba mal.

Digamos la verdad. La película no acaba como nos gustaría. Pero hubiera sido demasiado fácil que todo hubiera terminado en un final feliz. No obstante, no podemos hablar de un final trágico, algo a lo que estábamos acostumbrados tras Brokeback Mountain o Philadelphia. Aunque Oliver y Elio no acaben juntos (de hecho, Oliver llama tiempo después de su despedida a Elio para anunciarle su matrimonio con una mujer), el amor entre ellos dos sigue siendo muy fuerte a pesar de que el destino les obligue a estar separados. Y no solo eso, las seis semanas que han pasado juntos les han ayudado a construirse como personas. Así que aunque estén separados, gracias a la ayuda del otro, su vida en adelante les será más fácil (y, sí, digo esto a pesar de que Oliver esté a punto de entrar en un matrimonio infeliz, pero seguro que las vivencias junto a Elio le ayudarán a salir de él).


Poco más nos queda por decir para convenceros. Ahora sois vosotros los que tenéis que ir al cine más cercano y descubrir por vosotros mismos Call Me by Your Name. Estoy seguro que no quedaréis impasible ante esta obra maestra.

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